¿Qué es Mastodon?

La verdad es que llego un poco bastante tarde para explicar qué es Mastodon, pero hoy me he venido a la biblioteca con un amigo y por el camino he pensado que estaría bien explicarlo, a fin de cuentas este blog en sus buenos tiempos trataba sobre esto, hablar sobre tecnología a mi manera. Vamos a ello pues.

Mis juegos favoritos

Desde bien joven, me encantan los videojuegos, comencé con una imitación de la Atari, para luego comenzar mi andadura con las consolas de Sega, posteriormente Nintendo, un poco de Sony, para al final quedarme en Xbox, Nintendo y dispositivos móviles, en pc apenas juego, no me gusta mucho. Voy a recopilar una lista de mis juegos favoritos, de cualquier plataforma y tiempo, es una lista totalmente subjetiva y personal, espero no obstante que alguno compartáis conmigo.

Cómo viví el confinamiento

En marzo de 2020 todo cambió. Desde Navidades ya había noticias del Covid en China y algún otro país, pero fue en plena primavera cuando nos azotó de pleno. Para mí fue como vivir el drama y los traumas de una película post-apocalíptica, pero en la vida real, y hubo momentos en los que se me hizo bastante difícil. Voy a contaros cómo viví el confinamiento visto desde varios primas, el laboral, el social y el personal. En los tres hubieron claros y oscuros.

6 años después

Probablemente nadie de mis lectores habituales recuerde este blog, pero llevo unos días dándole vueltas, y me apetece. 6 años después, actualizo mi vida por estos lares. Muchas cosas han cambiado, otras perduran, personas vienen y personas se van, una pandemia por medio, y otras cosas que han ido ocurriendo, en mi vida y en el mundo. A continuación nos ponemos un poco al día, coge tu taza de café, va para largo.

Las personas de la cafetería

Estando en la cafetería Le Panier, como casi todos los días, se me ha ocurrido escribir esta entrada, contando el día a día de dicho establecimiento. Somos bastantes personas quienes a diario escogemos este lugar, y como es habitual, con los mismos horarios. Otra cosa es la mesa, cada uno se sienta donde puede, yo intento que sea junto a una ventana, mis costumbres y manías. Son muchas las horas que echo en la cafetería regentada por pakistaníes. La extensa plantilla de camareros, debido a que tienen varios locales más, la inabarcable colección de sobres de azúcar de otras cafeterías de varios rincones de Catalunya. Es lo que tiene la escasa vida social que tengo, que me fijo en cosas que para otros pasan inadvertidas. Vamos al lío.

Sensaciones

Últimamente descubro muchos sitios nuevos para mí en Barcelona. La parte mala es que lo hago solo. El ser humano es un ser social, y a veces necesita compañía, alguien que le baje de su nube y le diga que esto está mal, o aquello merece la pena. Sentirse solo es una de las peores sensaciones. Pensar que no le importas a nadie, que la gente hace su vida sin contar contigo, sin acordarse de tu existencia, es como un goteo de agua incesante que va horadando la montaña hasta formar un agujero, una gotera, por la que se cuelan todo tipo de pensamientos, horrores y miedos. Lo peor es que, y mucha gente me lo ha dicho, que siempre soy el que ayuda a los demás, el que da ánimos, el que apoya a quien lo necesita. Vale, pero, ¿a mí quien me apoya? A veces no sé para qué estoy en la agenda de la gente, un tal César, o cesvlc, con un número de teléfono gracioso. Tarifas de datos, llamadas ilimitadas. No sé.

Experiencias tras cambiar de ciudad

Hola a todos, el blog sigue vivo y ya tocaba una entrada muy personal, aunque la quiero enfocar un poco en plan útil, si a alguien le sirve, pues mejor, aunque no deja de ser eso, una entrada personal, quizá demasiado. Quienes me conocéis sabéis que en los dos últimos meses ha habido una serie de cambios en mi vida, que han culminado en cambiar de ciudad por una oferta de trabajo que salió casi de la nada. Luego no ha resultado todo lo estable que pensaba, pero bueno, de todo se sale y ofertas hay muchas, más que de donde vine. Este cambio de ciudad me ha aportado una gran serie de experiencias que quiero contar en mi blog, podría hacerlo en Facebook, como hago últimamente, pero he querido hacerlo algo más abierto, así de paso quitaba las telarañas a mi blog, que tiene sus añitos.

Se puede vivir sin WhatsApp

Esta no va a ser una entrada de odio hacia la aplicación de mensajería líder en España y… algunos países más, pero tampoco muchos. Quiero contar, con mi propia experiencia, cómo en los últimos 3 meses he llegado al extremo, por así decirlo, de eliminar la aplicación de mi teléfono. Afirmar que se puede vivir sin WhatsApp puede sonar muy exagerado, e incomprensible para gran parte de la población, y más actualmente con las llamadas por voip. No olvidemos que Facebook lleva años ofreciéndolas dentro del propio Messenger, pero ahora WhatsApp las incorpora también y ya sabemos que la gente se pasa horas con la aplicación verde, de hecho el porcentaje de españolitos usuarios de este servicio ronda el 95%. Gente que se compra un smartphone y pregunta si admite WhatsApp. Da igual si es Android, iOS o Windows Phone. Si admite WhatsApp, se lo compran.

Lo que pierdo con el cambio de Series.ly

Es curioso cómo la vida te plantea caminos que no esperas en un lapso de tiempo muy breve. El último post de este blog, hace apenas una semana, trataba sobre las series que veo actualmente. Hoy toca escribir sobre la red social (Series.ly) en dónde yo veía (y a fecha de hoy sigo viendo) dichos contenidos, además de comentar, reportar, etc en la comunidad allí formada. Soy usuario desde hace 3 años, camino de 4, aunque el primer año le hice poco caso. Digo esto porque aunque me pese decirlo, estoy leyendo artículos de compañeros que, sin quitar ni un ápice de razón a sus argumentos sobre la legalidad, el lucro, etc, no son usuarios de Series.ly, y si algo me ha enseñado el tiempo es que es más razonable expresar opinión sobre algo que utilizas, que sobre algo que conoces por capturas de pantalla y reviews en algunos medios. Repito, sin quitar ni un ápice de razón a lo que exponen, pero si viene de alguien que usa la red social, pues como que mejor, y ese, soy yo. Uno entre 5 millones de usuarios. Desgraciadamente quienes lo usamos  parece que no tenemos el suiciente valor de expresarlo, quienes no lo usan, demasiado. O esa es mi impresión estos días.

Mis series de 2014

Hola, ¿cómo estáis? Si, sigo vivo, aunque publique poco en este blog. No voy a contaros mi futuro laboral, pues eso lo tengo pensado para otro post (los que me leáis en Facebook ya debéis saber la mayoría) y en este voy a hablar de series, más concretamente, las que he visto o ando viendo en este año que se acaba. No me voy a extender mucho, pondré una lista y de qué va cada una, y mi breve opinión o lo que me apetezca. Como siempre, es mi opinión, y no tienen por qué gustaros todas, pero bueno, en alguna acertaré. Algunas incluso las he empezado a ver por mi cuenta, sin consejos de nadie.

Tecnologías «amante»

Llevo unos días pensando una entrada sobre un fenómeno que observo habitualmente, y es el cómo acudimos corriendo a otro servicio cuando el que usamos se ha caído (por ejemplo ataques DDoS) o bien nos ha disgustado, para a los pocos días, o incluso horas, regresar corriendo al «nuestro», no sea nos guste el nuevo, o porque como pienso, les usamos como segundo plato, o como amante. Cada uno es libre de utilizar aquellos servicios o productos que considere ideales y oportunos, pero igualmente yo soy libre de opinar sobre esta forma de actuar. Hoy me apetece ser un cuñao.

La paciencia es la madre de la ciencia

O eso dicen. El caso es que últimamente me ponen a prueba por todos lados, y veo que bueno, hay que ir llenando el tarro para no mandar a hacer puñetas a nadie. Esta quincena ha sido el ordenador. Se me averió y tuve que llevarlo a un servicio técnico aquí en Manzanares. Aparte de eso, ha salido una bolsa de empleo del ayuntamiento y me he apuntado, si todo sale bien estaré un tiempo fuera del paro. Todo llega si tienes paciencia, aunque a veces decaigo y me dan ganas de dejarlo todo e irme a un rincón.

Ser early adopter no es fácil

Desde siempre he sido un culo inquieto, y me ha gustado probar nuevas tecnologías y servicios 2.0. Hay una palabra que nos define a los locos, entusiastas como yo, en inglés early adopter, en castellano sería algo así como consumidor temprano, primerizo, etc. Somos las personas que siempre tenemos en nuestras manos (a base de gastar dinero, o los más afortunados, cesiones por trabajo (por ejemplo editores de blog)) los últimos modelos de móviles, ordenadores, o cualquier aparato llamado a convertirse en un futuro en producto de consumo. O no. Por que en este país nos movemos por modas, y por efecto rebaño, y si nuestro rebaño no se une a una red social nueva o adquiere determinado gadget, nosotros pasamos a ser los frikis, los que tienen eso que los demás no y por tanto no siguen la corriente.

Post- instalación de Fedora en un netbook

Aviso muy importante, aquí no voy a hablar de Ubuntu. Hace tiempo que no escribía entradas con mis experiencias con GNU/Linux y ya tocaba una. Hace unos días decidí instalar en mi netbook Manjaro, por lo de que es una distro rolling-release, es decir, que se actualiza todo el sistema poco a poco, sin la paliza cada 6 meses de otras distros. Sin embargo el experimento no resultó como yo esperaba. Los iconos eran cuadrados y debí encontrar un tamaño y un tema que los mostrase más o menos rectangulares, el fondo de pantalla de serie es muy feo, así como los temas, y personalizarlo lleva más tiempo del esperado. No obstante en la instalación se ofrecían opciones que se agradecen, como habilitar el inicio automático de sesión. Sin embargo configurar Samba a mi gusto es un martirio, algunos paquetes hay que instalarlos mediante AUR y hay que compilar (lo hace el sistema solo, pero pierdes 15 minutos viendo cómo lo hace) y aunque Arch es una excelente distro y sus derivadas abrazan esto, no es para mí, lo siento. Había borrado Fedora y tuve que volver con el rabo entre las piernas, como se suele decir. Si una distro te hace feliz, no le pongas los cuernos con otra.

Mi visita a Valencia en Fallas y reflexiones

El día 15, sábado, mediante un viaje organizado en autocar (y que nos salió bastante económico respecto al tren) bajamos a Valencia Paco y yo. Digo bajamos porque estamos a 658 metros sobre el nivel del mar. En esta entrada voy a contar dos cosas, cómo nos fue por allí y cuánto echo de menos mi tierra, esta segunda parte podéis ignorarla si queréis. De hecho, la entrada completa podéis pasarla por alto. Por mi costumbre de narrar detalles absurdos, mi memoria es así, me fijo hasta en cuantos bancos hay en un paseo.